el salchicon más grandes del mundo
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RUTE
(Córdoba). “Gloria e Hijos” de Rute es una empresa familiar que ha decidido
innovar y adaptar su oferta de jamones y chacinas a los reclamos de nuestro
tiempo. Como tarjeta presentación de sus productos, han creado un salchichón
para entrar en el libro “Guinness” de los récords.
Debían
superar la marca de la Expo
de Paraguay en julio de 2011. Allí se llevó una pieza de 203 metros . La empresa
ruteña la ha superado en 7 metros. A falta de proceder al registro pertinente,
su salchichón mide 210
metros , con un peso de 260 kilos. Para soportar una pieza de esta envergadura, ha habido que hace un expositot específico. La pieza ya se puede ver en uno
de los dos despachos de venta que tienen, en el del Paseo del Fresno, en la zona
de los museos gastronómicos de Rute. Sin duda, un atractivo más para visitar
esta localidad cordobesa, en plena campaña de producción de mantecados,
polvorones y anisados.
Según
Dolores Ortega, una de las responsables de la empresa, se barajaron varias
opciones entre la diversidad de chacinas que elaboran. Al final, eligieron el
salchichón, porque puede aguantar hasta que acabe la campaña navideña.
Por
lo demás, es un salchichón igual que el que se despacha en cualquier comercio…
salvo por la tripa, que es, por supuesto, de una sola pieza. Para el
convencional, se usa una tripa de cerdo cural, natural, “y, lógicamente, es
imposible encontrar un cerdo de esas dimensiones”.
Como
alternativa, se buscó una de colágeno natural comestible. Por si acaso,
encargaron varias a una empresa que se dedica a esto, pero ha salido a la
primera. La dificultad no estaba en la elaboración, sino en rellenar la tripa y
colocarla en el expositor preparado para tal efecto. En total, se han invertido
veinte días en el proceso.
Pese
a que es, a todos los efectos, un salchichón comestible, está al aire en un
lugar de tránsito continuo. De ahí que requiera un tratamiento diario con
aceite de oliva “para que no se estropee” durante su proceso de curación.
Además,
asegura Dolores, todos los cerdos con los que elaboran los jamones y las
chacinas han sido alimentados “con cereales, no con piensos”. El resultado es una
calidad extraordinaria, acorde con lo que se demanda en estos meses. Sólo
queda, por tanto, pasar y probar.